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Señora principal con su negra esclava

Señora principal con su negra esclava, Vicente Albán

Dentro del territorio americano en el periodo colonial, existió un afán por buscar y categorizar todo lo que el nuevo mundo le ofrecía a la corona. Estas cartografías del territorio vincularon a las artes como un método de apropiación del terreno y el lenguaje de este nuevo lugar. Es así como dentro de las representaciones coloniales es común encontrar distinciones de la fauna y flora que hay en le cuadro, se enumeraban y en una esquina de la pintura se ubicaba un pequeño recuadro donde se nombraba y se explicaba brevemente lo observado.

 

Los oficioso se combinaban con las artes a lo largo de toda la colonia y el territorio americano, es así como en México podemos encontrar grandes tapetes hechos con vegetales de la región,  siendo una mezcla entre las tradiciones y las nuevas creencias que llegaban del viejo mundo. Es por eso que los sincretismos, atreviéndome a usar la palabra de manera anacrónica, se hacen presentes en casi todas las representaciones. Dentro de las muchas mezclas, la pintura sobre plumas y el bordado en pelo fueron practicas que incluso ameritaron concursos y premiaciones.

 

“Alrededor del 95% de las representaciones en la época colonial eran son religiosas” (Jaime Borja)

 

Las construcciones de familia en los cuadros del periodo colonial es un tema recurrente y evidente en el arte, hay que preguntarse ¿quienes tiene acceso a las imágenes? y así mismo ¿quienes están financiando la obra? La mayor parte de los recursos artísticos provenían de Europa, esto implicaba un aumento en los precios y los artistas no podían cubrir el costo de los materiales, por eso las representaciones religiosas muy comunes distintas organizaciones eclesiásticas presentaron un gran interés en el arte como una manera de fortalecer los cimentación de su creencia, adaptándola a lo regional de una manera sutil. Es así como creaban lugares de convergencia entre dos mundos.

 

A pesar del paso del tiempo el arte continuo con sus temáticas religiosas recurrentes, sin embargo la taxonomía social se empieza a dejar un poco de lado y toman como prioridad el plasmar el ambiente, los paisajes naturales que América tiene. La presencia de maestros va en aumento, la producción es mayor y se empiezan a tomar libertades en los temas de representación, aunque seguía siendo fuertemente ligada a las tendencias europeas.

 

Por otro lado la clausura para las mujeres era un compromiso habitual para las mujeres de devoción, donde negaban el espacio exterior para entregarse de cuerpo y alma a Jesús. La organización y administración digna de admirar siempre a estado a cargo de las mismas mujeres. Su aislamiento de la sociedad produjo que alrededor de este encierro se empezara a crear una mística experimental cristiana, con innumerables relatos donde eventos como los estigmas o la levitación eran considerados dones otorgados para la reafirmación de la fe. Ficción o realidad, los relatos sobre levitación dentro del fervor religioso vinculan a personajes como Santa Teresa. Son tomadas como autenticas experiencias religiosas, creencias nacidas del testimonio como verdad, que persisten incluso hoy como parte de la historia. Todo esto para que se entienda las copas posibilidades de las mujeres de tener un acercamiento al conocimiento. Casarse con un hombre adinerado o encerrarse le garantizaban ciertos puestos en la sociedad.

 

Vicente Albán nacido en Quito, ecuador a comienzos del siglo XVIII, fue contratado por José Celestino Mutis, quien es famoso por sus investigaciones botánicas y geográficas, dentro de las obras de Albán, se destacan seis cuadros que envió a la corona española   

La serie formó parte de las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, desde donde pasó a integrarse en la Sección Etnográfica del Museo Arqueológico Nacional hasta 1941, año en el que ingresó en el Museo de América de Madrid.

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